miércoles, 3 de diciembre de 2014

Amores que no mueren matan

Es raro, ¿sabías? Amar a alguien tanto que duele.
Y dejás de ser persona cuando todo termina. Dejás de sentirte vivo.
Terminás caminando como un autómata, manejándote por impulsos. Hablando sin sentido, frases absurdas. Como si tu equilibrio se hubiera perdido y te estuvieras cayendo atrás. Como si todas tus esperanzas se hubieran desvanecido en un milisegundo. Ya no estás en la Tierra. Estás solamente... respirando.
Sos un objeto. Una cosa. Ni siquiera un ser humano. Ni un animal.
No tenés corazón porque está roto.
No tenés cerebro porque perdiste la cabeza.
No esperás nada de nadie. No tenés alma, ni siquiera un sueño. Perdiste todos tus propósitos.
Seguís buscando razones para vivir y no encontraste ni una sola. Porque la única razón por la cual te seguías levantando cada día, sonriendo a pesar de tu tristeza, se fue.
Lo perdiste.
Y te perdiste a vos misma.

domingo, 5 de octubre de 2014

Los árboles mueren de pie

Después de todos estos meses sin saber nada de vos, por fin te volví a ver.
No estaba preparada, la verdad que lo que menos me imaginaba para un reencuentro era en esa fiesta tan normal y privada. Me sentía linda, me sentía preparada para lo que sea, menos para vos.
Te vi y mi corazón dio un vuelco. Literalmente se me dio vuelta el mundo. Me quede ahí, parada, en shock, sin saber que hacer, mientras todos los recuerdos revivían en mi memoria. Te soy sincera, necesitaba verte. Necesitaba volver a sentir lo mismo. Y sentí lo mismo, porque los recuerdos perduran más que la presencia.
Te vi distinto, cambiado, más grande pero no necesariamente más maduro. Lo descubrí cuando te vi ser irresponsable con tu cuerpo, y purgarte con el cigarrillo y ese vaso. También cuando me pasaste por el lado, me viste y no me dijiste "hola". Me dio esa sensación de saber que te conocía como a nadie, pero todo eso se había ido y ahora eras un desconocido más.
Te vi con el corazón partido en dos, abierto en el medio, cómo les hablabas a todas mis amigas. Te vi negarme completamente cuando te preguntaron por mí.
Te vi cómo me veías mientras yo estaba con otros. Esos ojos llenos de bronca, pero de disimulo. Te vi ocultando tus emociones, que no es nada nuevo en vos. Por lo menos en eso no cambiaste.
Vi a tus amigos queriendo hablar con vos, queriendo hacerte entrar en razón, porque se dieron cuenta de cómo actuaba yo cuando estabas cerca.
Qué increíble lo que le puede hacer el tiempo a una persona.
Traté de buscar algunos signos que sean constantes de tu personalidad, que coincidan con esos rasgos de los cuales yo me enamoré hace un tiempo. Pero no, no conseguí rescatar ni uno solo. No sos el pibe del que me enamoré, te convertiste en un tipo detestable, arrogante, egocéntrico. Qué fue lo que te hizo cambiar así? Quiero creer que seguís teniendo tus mismas pasiones, que te la seguís jugando por tus mismos ideales.
Necesitaba saber qué sentías, qué era lo que ocultabas, entonces me armé de valor y fui a hablarte. No sé de dónde saqué toda esa fuerza de voluntad. Quizás me impulsó el alcohol, quizás fueron impulsos del corazón. Averigüé poco y nada de vos. Básicamente me dijiste que estaba todo bien, que ya no te importaba lo que hiciera. Yo te dije lo mismo, pero mis ojos contradecían a las palabras que salían de mi boca. Mis ojos contaban una historia distinta que espero no hayas podido leer.
Pero no voy a caer, no voy a hacer de cuenta que nada pasó y actuar como si nunca me hubieras roto, como si nunca hubiera llorado por vos ni como si nunca te hubieras ido. No pienso ser ciega esta vez.
Qué raro es sentirse así de decepcionada. Esperaba mucho más de vos. Esperaba a alguien más maduro, más crecido mentalmente. Que supiera "qué hacer con su vida", que tuviera toda su mierda organizada. Solías ser tan distinto, y es triste en lo que te convertiste, en esta clase de monstruo polígamo y descomprometido con el resto del mundo, que está con todas, que se chamuya a todas. Y vas a seguir siendo así porque podés, porque sabés que me lastima. Quise ser tuya, pero vos preferiste ser tan de cualquiera.Y está bien, porque es tu forma de ser y te lo acepto, porque a veces las personas no hacen lo que esperamos y hay que aprender a aceptarlo, pero en qué te convertiste, por Dios. Creo que esperé demasiado de alguien que nunca fue capaz de dar.
Capaz necesitaba verte para cerciorarme de que ya te fuiste de mi vida y no vas a volver ni entre los etcéteras. Para darme cuenta de que cada vez me importás menos, que estoy enamorada no de vos sino de nuestros recuerdos, que aunque me prometí que te iba a esperar, algunas promesas necesitan ser rotas.
Y te juro que si no tengo ganas de volverme a enamorar es por tu culpa, porque me agarraste en ruinas, para reconstruirme y arreglarme, siendo que vos eras un rompecorazones.
Me voy ahora, no sé si feliz, pero por lo menos aliviada. Porque sé que entendí que por más fuerte que te abrace, nunca voy a poder atarte a mí.
Te confieso que dejarte ir fue una de las cosas más complicadas por las que tuve que pasar, pero también una de las más necesarias. Me voy limpiando todo el quilombo que dejaste en mí.
Te libero, porque sé que no me necesitás. Te libero, podés hacer lo que quieras, porque ya no me va a doler.

"Miénteme un poquito más. Rómpeme el corazón un poquito más. Hazme llorar un poquito más. Para quererte un poquito menos." -Denise Márquez

viernes, 5 de septiembre de 2014

Poder decir adiós es crecer

Creo que en momentos como ahora lo mejor que puede hacer una es cortar todo, mirar hacia abajo y pensar. Solamente pensar. ¿En qué? En cómo seguir después de todo. Cómo seguir cuando ya me había acostumbrado.
Y sí, nuestra historia pudo haber sido mejor. Y más larga. Y menos conflictiva. Pero lamentablemente esos fueron ideales que no logramos alcanzar.
Todavía resisto la tentación de abalanzarme encima tuyo y rogarte que no me dejes. Que no me abandones, que por favor, te necesito en mi vida.
Pero necesito controlarme.
Porque cada problema mío tiene tu nombre. Porque cada vez que pienso en vos se me vienen a la mente palabras, y no exactamente las mejores. Porque cada vez que te veo siento como si me pegaran una patada en la panza, y porque siempre fue así nuestra historia, más dolores que placeres. Una de cal veinte de arena. Heridas que nunca pudieron cerrarse, y que todavía queman, a pesar del tiempo que haya pasado.
Sos de esa clase de persona sobre la cual la gente escribe canciones, pero de las tristes. Fue demasiado fácil quererte así, y tan difícil olvidarte. Y nunca pude terminar de entender por qué te fuiste. No estabas listo, tenías muchas cosas que pensar, así como yo las tuve tiempo atrás. Pero no sé si era tan necesario devolverme lo que yo te hice... No esperaba que lo hicieras.
Sólamente dejame decirte que fuiste mi primer amor, y a m o r con todas las letras. Hice por vos cosas que nunca me hubiera imaginado hacer por nadie, y no me arrepiento de nada, a pesar de todo. Pero también tengo que aceptar que ya está, no vas a volver, y no hace falta que me lo digas porque ya lo sé, porque te conozco demasiado.
Igual no te preocupes, tantas veces me tocó superar que ya estoy acostumbrada a las desilusiones, y no vas a ser la excepción.
Le vendiste mentiras a un comprador que buscaba sinceridad. Todo lo que hiciste fue en vano, todo lo que hice yo también.
Los perdones, ahorrátelos. Los "ya sé que me voy a arrepentir de esto" también.
No necesitaba excusas. No quería que me dijeras que siempre me quisiste, ni que siempre te imaginaste conmigo, porque nunca lo logramos. Nunca llegamos a eso. "Este amor nunca vio la luz, no sintió el calor, no sufrió el dolor, no vivió el morir". Y tal como dice la frase, nunca nos aprovechamos, y eso que lo intentamos tantas veces.
Ya fuiste. Por más que me sigas importando y que te recuerde como mi primer amor, no lo supiste apreciar.
Espero que algún día sepas hacerlo.
Sólo sos un nene que juega con el amor.
Cuando sepas de la vida y lo lindo que es querer, acordate que fui una nena, y que te quise como mujer.

Hamlet

Le decían el príncipe de la duda. El de la vacilación. El que nunca supo decidir entre un sí o un no. El típico "ser o no ser" que se vive preguntando a sí mismo, qué elección tomar.
Porque en esta vida todo depende de las elecciones que tengas, del camino que elijas. 
Y así me pasa con la mayoría de las cosas que hago en mi vida. Porque al principio me encantaron, me hicieron feliz y era lo mejor que me podía haber pasado. Pero a medida que pasa el tiempo se deterioró el entusiasmo, las ganas y todos los ideales e iniciativas. Capaz de tanto insistir, tanto que te guste y que ames algo, te termina cansando en algún momento. Y no solamente de tanto ponerle ganas, sino que a pesar del esfuerzo nada cambia, seguís estando en el primer escalón de una escalera que parece cada vez más alta.
Qué horrible dar todo y que nunca alcance, nunca sea suficiente.
Pero aunque te hartó seguís. Por qué? Porque sabés que por más cansado que te tenga, lo amás, y es parte tuya, y sabés que te vas a arrepentir.
Te importa eso ahora?
Termina siendo una propia decisión, si parar aunque sabés que te estás equivocando o seguir, pero con la incógnita de nunca saber si va a dar frutos.
Un consejo? Nunca te quedes con la duda. Sacá tu curiosidad. Lo que más importa es que vos te sientas bien con tus decisiones, y la mejor justificación para una acción, para responder por qué hacés tal cosa, siempre va a ser "porque me hace feliz".

Ahora entiendo a los que hicieron cosas de las que sabían que se iban a arrepentir pero igual las hicieron. Simplemente porque llega un punto en el que te da lo mismo seguir que dejar.

jueves, 22 de mayo de 2014

Crisis

Ni san ni sa ni brisa ya corren mi nube de algodón.
Ni los, ni nos, ni vos ni yo debemos cargar esta cruz.
Ninguno de los dos tiene que hacerse cargo de lo que nos está pasando.
Comprender, aceptar.
Entender y abrir los ojos.
Hicimos nuestro camino al caminar, y hoy decidimos frenar acá, no vamos al mismo lugar.
Supimos que no apuntábamos al mismo lado y que las cosas que vos querías no era lo mismo que yo me proponía.
Traté de hacer a mi bien tu bien,
y ves bien que me salió mal.
Fallé, como las tantas veces que lo hice con vos.
No acostumbro a fracasar.
Ni a perder en mi propio juego.
Dijiste hasta acá ya fue, me voy, mi vida no está junto a vos.
Quisiste alejarte de mí, pero te aseguro que la distancia que quieras mantener no va a cambiar en absoluto lo que siento.
Ya me canse que te de igual si soy feliz o no lo soy.
Estoy harta de que te de lo mismo mi existencia, si estoy o no, si te apoyo o no. Quiero que te importe. Quiero importarte.
Comprender, aceptar.
Parecía tan fácil como sumar tu amor y mi lealtad, mi ternura y tu amistad.
Cuando empezamos parecíamos tan eternos, nada era complicado, teníamos expectativas infinitas. Era todo normal, todo como siempre quisimos que fuera.
A veces Marte y Venus se llevan mal
Dos planetas, aunque estén en una misma galaxia, pueden ser totalmente distintos.
No es cuestión de maldad.
Es duro aprender a amar.
A la fuerza, a cuesta de acierto y error, a la propuesta de terminar con todo pidiéndole al corazón que deje de sentir.
Y acá estoy despidiéndome,
Aunque no quiera.
mascando tu rencor, lo sé.

No me quedo más que aceptar,
soy tan culpable como vos.
De habernos dejado estar.
Yo también deje de regar
la flor de la superación.
Y siento que no nos pudimos olvidar, a pesar de todo. Fuimos los dos.
Comprender, aceptar.
Prometiste cuidarme sin importar
y hoy ya no importa mi bienestar,
Cuántas promesas rotas...
Lo importante es tu ansiedad.
Ahora solamente importa lo que vos sentís... ¿Y yo no tengo sentimientos? Sos tan ciego, no te diste cuenta que a mí también me duele.
Regió mi vida al azar una vez ¿sabés?
No me gusta apostar,
siempre me tocó pagar.
Cada vez que me la jugué por alguien, terminé mal. Capaz en el juego pierde el que quiere más.
Yo me propuse superar tu ausencia a pesar del dolor.
Me prometí que te iba a olvidar costara lo que costara.
Vos preferís no analizar, seguís en busca del amor.
Vos en cambio, olvidaste fácil, y ya estás en otra (y con otras).
Comprender, aceptar
Por más gotas de sal que le robe al mar, por más flores que un rosal, hoy nos toca despegar.
Haga lo que haga, aunque trate de arreglarlo o busque lo imposible, no vas a volver. Es tiempo de entender que te tengo que dejar ir de una vez por todas.
Por más gritos de paz, por más soledad
Que hoy castigue mi voluntad.
Por los dos ya no va más.

Y acá estoy despidiéndome
Mascando tu rencor, lo sé.
Estoy confiando que el tiempo nos dirá qué hacer.


El tiempo nos dirá que así estuvo bien.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Querido diario:

Después de tantos días y noches carcomiéndome la cabeza, al fin decidí contarte mi historia. No es de esas historias de amor, de las que es correspondido y libre, de las que el príncipe azul se casa con la princesa y viven felices para siempre. Tampoco es de las trágicas, las imposibles, o en donde siempre uno muere y el otro se suicida para estar con su amado. No, esta es distinta. Se trata de algo real, de algo basado en personas que existen, que van y vienen, que se separan por los orgullos, que niegan al corazón que sienten algo para no volver a herirlo. 
Lo conocí un Noviembre del 2012, y ¿qué iba a saber yo que se iba a transformar en algo tan importante? Tenemos tanto en común. Nos gusta la misma música, compartimos las mismas pasiones, pensamos distinto en muchas cosas pero en cierta forma, nos complementamos. Tiene todo lo que busco, y yo le puedo dar todo lo que él necesita. Pero siempre existe un problema: La cagué mil veces, y él también. Nos fuimos "devolviendo" las cagadas, y vengándonos uno del otro, sin darnos cuenta que era inútil y que lo que sentíamos se deterioraba con cada boludez cometida. 
Sí, lo admito. Lo hice sufrir, pero él también a mí. Nos lastimamos, nos padecimos. Nos dejamos ir mil veces, para volver a caer en la misma, en que no podemos estar separados. En que juntos somos mejor. "Te cansaste de mí, yo me cansé de vos, pero cuando nos miramos sabemos que no es verdad". 
Después de un tiempo volvimos a dejar de ser dos extraños que ni se saludaban cuando se veían. Nos dimos otra oportunidad, porque todos se merecen una más, ¿no? Pero se repite la cagada, es traumático y cansador saber que aunque nos queramos tanto, no vamos a poder seguir nunca. Vamos a seguir viviendo con la pregunta en nuestras cabezas, de qué habría pasado si las cosas se hubieran dado distintas y mejor. Nos hartamos de golpearnos, de tocar heridas que nunca terminaron de sanarse pero de querernos, siempre, a pesar de todo. ¿Quién nos da el derecho a seguir haciéndonos mal? Sé que no somos perfectos, que todos cometemos errores, y que se aprende de ellos. Es por eso que dudo tanto. Es dificilísimo decidir si seguir peleando, seguir luchando por que estemos juntos, o simplemente dejarlo ir, dejar que haga su vida con otra y yo la mía con alguien más (y quizás, mejor...). Es mi decisión si decirle BASTA, no por tirar la toalla sino por darme cuenta que no vale la pena seguir sosteniéndola. Me ahorraría tantas cosas si lo hiciera, si al fin dejara de hablarle y de ponerle ganas para llegar a ser algo. Pero no quiero. ¿Cómo hacer que quiera estar sin él? Yo quiero que sea el pibe que me haga sonreír cuando todo esté mal. Ese que me haga reír después de una pelea con mis viejos, o de uno de mis tantos fallos en el colegio. El que sea mi punto de apoyo, el que me ponga los pies en la tierra pero al mismo tiempo me haga volar. Porque lo hace. Y sigo pensando que sería una pena que todo lo que pasó quede guardado en la cajita de recuerdos. 
Tampoco tengo ganas de ser tan pelotuda como para dejarlo ir. Tengo todas mis expectativas puestas en nosotros. Y todas mis esperanzas. Estoy, en cierto modo, encadenada a él. Y tengo un miedo profundo de perderlo. Quiero creer que estos malos capítulos no significan el final de la historia. Quiero pensar que no lo quiero por costumbre, sino por amor. Quiero que no me falte nunca, que dejemos de lado nuestros orgullos y estemos juntos de una vez por todas. Que nos dejemos de joder.
Yo sé que algún día; o nos vamos a cansar de empujarnos, o nos vamos a haber empujado tanto que ya no va a haber forma de volvernos a juntar. Voy a esperar ese día con ansias, para saber qué hacer con él y conmigo misma. Para acomodarme, para encasillarme de nuevo y empezar a avanzar en un camino distinto, y lejos de él. Pero hasta ese día, me conformo con saber que somos dos personas que se quieren, y que existe una mínima posibilidad de ser felices. 
Gracias diario, por escucharme como nunca nadie lo hizo. A veces necesito alguien en el cual tirar mis problemas pero sin recibir respuesta. Solamente que me escuche.

viernes, 9 de mayo de 2014

Bajo la misma estrella

Todos peleamos en la guerra que es vivir. Todos estamos bajo la misma estrella, estamos adentro del mismo barco: quizás algunos se encuentren en primera clase y otros en las bodegas pero al final, si el barco se hunde, nos morimos todos.
Nos empeñamos en pasar en esta vida el mayor tiempo posible: queremos sobrevivir. Lo que las personas no nos damos cuenta es que la vida no se trata de eso, de permanecer con funciones vitales; se trata de vivir: sobrevivir y vivir no son lo mismo. Alguien vive realmente su vida cuando aprovecha cada instante, cuando hace "infinitos en días contados", cuando a pesar de las dificultades sigue en pie y busca sacarle el potencial máximo al espacio y tiempo, cuando hace que todo valga la pena (y la felicidad).
Uno vive cuando disfruta de la vida, no cuando su existir gira en torno a seguir en ella. Permanecer vivo es mucho más que permanecer sobreviviendo. Vivir implica ejecutar tu esencia, luchar por ideales, amar con locura y actuar con pasión. Sobrevivir te limita a seguir respirando, a que el corazón lata y a que satisfacemos necesidades básicas. ¿Y quién quiere morir habiendo siendo eso el único legado que dejó?
Nadie. Nadie quiere irse de este mundo sin saber que marcó a alguien, aunque ese "marcar" pueda traer heridas: no se puede dejar huella al irse, sin lastimar. Y es inevitable.
Eso explica por qué la gente llora cuando un actor famoso, un artista reconocido o un inteligentísimo inventor fallece: porque dejó huella. Pero hasta la persona más ordinaria y común deja huella, marcas y cicatrices en alguien, y quizás sean todavía más valiosas: incluyen privacidad, secretos y uniones irrompibles entre el marcado y quien marcó. Nadie muere en vano, aunque su vida se haya basado en sobrevivir, aunque no haya sido de influencia, todos dejamos marca, en mayor o menor proporción, y así todos dejamos también heridas al dejar nuestro mundo.
Cuando leí (y sufrí, y lloré) "Bajo la misma estrella" aprendí cuáles son las maneras en las que se puede vivir. Aprendí que una historia triste puede enseñar muchas cosas si está bien contada. Aprendí que pueden existir "pequeños infinitos ∞", que "el mundo no es una fábrica de conceder deseos". Que no siempre las cosas se van a dar como uno quiere y que hay que aprender a sobrellevarlo, superarlo y retomar con tu vida. También aprendí que "si no existiera el dolor, ¿cómo conoceríamos el placer?" ¿Cómo conoceríamos el disfrute si nunca sufrimos, o valoraríamos el acierto si nunca nos equivocamos? ¿Cómo apreciaríamos el estar en pie, si nunca no nos pudimos levantar del suelo?
Estuve inmersa en esta entremezcla de metáforas, palabras enlazadas y poesía que conforman este libro. Endendí que hay dos cosas inevitables: el amor, y la muerte.
Por eso mientras que no nos toque morir, ¿por qué no aprovechar cada segundo amando?
Aprendí lo valioso que es el tiempo y que nunca nos va a alcanzar lo suficiente. Que nunca vamos a saber si hoy va a ser nuestro último día, entonces, ¿cómo privarnos de los sencillos placeres cotidianos? ¿Por qué dejaríamos pasar cada oportunidad para decir la verdad, o intentar cosas nuevas?
Así me vi llorando por alguien que ni siquiera existe, que nació en la imaginación de un autor y cobró vida a través de un papel; y me vi enamorándome de un personaje ficticio, al cual únicamente pude y voy a poder revivir volviendo las páginas de un libro.
Te recomiendo este libro si buscás una historia no solamente de amor, sino de miedos, deseos, inquietudes, enojos, pasiones, deducciones y debilidad.
Te la recomiendo si querés enamorarte tanto como yo de una pareja que conforma una perfección indescriptible a pesar de sus imperfecciones, y te recomiendo esta historia si querés saber, y averiguar, qué significa realmente vivir.

martes, 22 de abril de 2014

Tu plan B

¿Qué más feo que ser la segunda opción de alguien? ¿Qué más fracaso que darte cuenta que nunca vas a poder llegar a ser la primera de su lista? ¿Qué peor que saber que nunca le vas a importar tanto como te importa a vos?
Me enoja, me desespera que haya sido tan ingenua como para dejar que esto pasara y nunca abrir la cabeza para reaccionar. ¿Cómo negarme a lo que me encanta, todavía sabiendo que me quiere a mí sólamente cuando ella se va? Y así sigo, diciéndote que sí después que me dejaste por mil y una otras, después que tus labios ya me parecían ajenos de tantas otras bocas que habías tocado antes de mí.
¿Cómo dejarse usar así? Porque me hacés sentir tantas cosas, me devolvés a la tierra cada vez que me abrazás, y cada vez que me das un beso me elevás hasta las nubes. Porque sos tan cal y arena, me das tantas cosas buenas y también tantas malas. No puedo evitar, a pesar de todo, seguirte queriendo, que seas tan importante en mi vida.
Vivo convencida de que capaz mañana me vas a querer sólo a mí. Que no voy a ser la que siempre está atrás tuyo, que algún día me vas a valorar, que voy a dejar de ser tu plan B, esa que te da amor y un poco de cariño cuando las otras no te lo dieron. Porque sabés que estoy y que siempre voy a estar.
Pero no se puede vivir de ilusiones. No soy esa a la cual tomarías sin dudarlo un segundo, ni esa que significa tu vida. No soy la mina por la cual morís por estar. Y nunca lo voy a ser.
Vos vas a seguir así, yendo de boca en boca y de cama en cama, y volviendo a mí cuando te sentís solo. Me tenés a tus pies como una perrita, el cachorrito que vuelve aunque lo lastimen porque cree que no lo van a volver a hacer. Y vuelvo a caer en esos ojos que parecen sentir y me convencen una vez más de quererte.
No vas a cambiar nunca, y me canso de esperar lo que nunca va a pasar.
Algún día voy a dejar de creerme tus mentiras y aunque me pidas que vuelva, no lo voy a hacer.
¿Por qué será tan difícil dejar de darte oportunidades? 
No quiero volver a ser tu segunda opción. No quiero secarte las lágrimas que las otras te causaron. No quiero estar encadenada a vos, no quiero vivir así. 

martes, 18 de marzo de 2014

Dos bestias y una misma locura

Él
Ahora mismo hay una navaja en mi pecho.
No puedo respirar, pero sigo peleando contra lo que no puedo.
Mientras lo equivocado se sienta bien, no lo siento.
Desconectado del amor, borracho de mi odio,
Es como si estuviese inhalando pintura, y mientras más sufro, más me encanta, me sofoco, y justo antes de ahogarme, ella me resucita.

Ella me odia, y me encantaEs enfermizo, porque cuando está yendo bien, va genial, pero cuando está yendo mal es horrible, me siento tan avergonzado y me quiebro.
Quien es este tipo? No lo conozco.
Puse mis manos en ella, nunca voy a caer tan bajo otra vez...
Supongo que no conozco mi propia fuerza...

Juraste que nunca la golpearías; nunca harías nada por lastimarla,
Ahora están cara a cara tirando veneno en sus palabras cuando las escupen.
Se empujan, se tiran del cabello, se rasguñan y se golpean
Se tiran al piso y se muerden, se agarran para sostenerse,
Tan perdidos en el momento cuando lo están viviendo porque es la locura quien los controla a ustedes dos.

Te dicen que lo mejor es que cada uno siga su camino.
Supongo que no te conocen, porque eso fue ayer y ayer ya terminó; hoy es un día diferente, no va a pasar lo mismo,
Suena como canciones rotas sonando de nuevo, pero le prometiste que la próxima vez te ibas a controlar.
No vas a tener otra oportunidad, la vida no es un juego.
Pero le mentiste otra vez y ahora te toca ver cómo se va.

Mi vida, dijimos cosas, hicimos cosas que no queríamos
Volvimos a caer en los mismos patrones, misma rutina
Pero tu temperamento es tan malo como el mío, sos igual a mí, y con el amor, sos igual de ciega.
Por favor mi amor, volvé, no eras vos, era yo,
Quizás nuestra relación no es tan enfermiza como parece...
Quizás eso es lo que pasa cuando un tornado se junta con un volcán...
Todo lo que sé es que te amo demasiado para irme.
Vení adentro, sacá tus valijas de la vereda!
No escuchás sinceridad en mi voz cuando hablo?
Te dije que esto es mi culpa, mirame a los ojos!
La próxima vez que me enoje, mi puño va a ir contra la pared, no contra vos...
La próxima vez? No, no habrá próxima vez.
Me disculpo a pesar de que sé que estoy mintiendo.
Estoy cansado de los juegos, solo la quiero de vuelta
Sé que soy un mentiroso y sé que si ella vuelve a intentar dejarme
La voy a atar a la cama y voy a incendiar todo.


Ella
En la primera página de nuestra historia, el futuro parecía tan brillante.
Después esto acabó tan mal, no sé por qué sigo tan sorprendida.
Hasta los ángeles pueden tener sus planes perversos... y vos llevaste eso a nuevos extremos.
Pero vos siempre vas a ser mi héroe a pesar de que hayas perdido la cabeza.
Difónicas nuestras voces, el vidrio se rompió por la pelea.
En este "tira y afloja", en esta guerra, siempre vas a ganar, incluso cuando soy yo la que tiene razón. 
Porque me alimentaste de tu mano con cuentoscon palabras violentas y amenazas vacías. 
Y es enfermizo que todas estas peleas, son lo que me mantiene satisfecha. 

Así que tal vez soy una masoquista.
Trato de correr, pero no quiero irme, hasta que estas paredes se alcen en humo con todos nuestros recuerdos. 


Es de mañana, ella se despertó, un rayo de sol golpeó su cara.
Maquillaje corrido, mientras yacen en el despertar de la destrucción. 
-Silencio miamor, hablá en voz baja -dice él-, decime que estás muy arrepentida por haberme empujado contra la mesa de café anoche, para que pueda separarte de mí. Tratá de tocarme, así puedo gritarte que no me toques. Salí corriendo de esta habitación, así te sigo como un cachorrito perdido. Mi amor, sin vos no soy nada, estoy tan perdido, abrazame, después decime lo malvado que soy, pero que siempre me vas a amar. Después de eso empujame, en secuela de este camino tan destructivo que estamos tomando, somos dos psicópatas. 
Juntos sabemos que no importa cuántos cuchillos nos clavemos por la espalda, siempre vamos a tener la espalda del otro, porque "somos tan afortunados"..
Juntos podemos mover montañas, no hagamos montañas de lo que "sólo es un granito de arena"
Me golpeaste dos veces, sí, pero ¿quién cuenta?
Tal vez yo te golpeé tres veces, comienzo a perder la cuenta... 

Pero juntos, vamos a vivir por siempre, a encontrar la fuente de la juventud. 
Nuestro amor es una locura, estamos dementes, pero me niego a aceptar consejos,
Y esta casa es demasiado grande, si te vas voy a quemar todos los dos mil metros cuadrados de la casa al suelo, no hay ninguna mierda que puedas hacer para evitarlo.
Porque sos mi cable a esta tierra, y sin vos, estoy afuera de ella.


¿Solo vas a quedarte ahí y me vas a ver arder? 
Está bien, porque me gusta la forma en la que me duele. 
¿Solo te vas a quedar ahí parado y me vas a oír llorar? 

Está bien porque me encanta la forma en que mentís, 
Me encanta la forma en que mentís. 

lunes, 3 de marzo de 2014

Catarsis

Ya era hora de descargarse no? Ya era hora de hablar de lo que me pasa, de soltar todo junto.
En realidad, lo debería haber echo antes. Antes de qué? De colapsar, como ahora lo hice. Sí, colapsé. Ya me venía aguantando tantas cosas encima, tanto peso, y hoy exploté.
Me cansé de todo, de mi vida, de mis amigas, de mi familia, de mi rutina, de él.
De mi vida, por permanentemente exigirme más de lo que puedo, y por seguir tirándome piedras a la mochila.
De mis amigas, porque yo también las cansé, de ser tan jodida y de siempre hablar de lo mismo, de siempre hacerles saber mis problemas cuando en realidad a nadie le importan más que a mí.
De mi familia, porque cada día me ponen más cosas encima. Me sacan toda mi paz, me sofocan cuando necesito soledad y me molestan cuando necesito tranquilidad.
De mi rutina, que es cada año más cargada, más llena de cosas que amo y que no quiero dejar de hacer, pero que al mismo tiempo me exigen demasiado y necesitan esfuerzo y total dedicación de mi parte, y que no me alcanza para tanto. No me da el cuerpo, ni la cabeza.
Y por último, de él. Que es en realidad la gota que colmó el vaso, lo último de mi rejunte de problemas. De él, que siempre fingió darle importancia a mi vida cuando en realidad lo que menos le interesaba era mi bienestar. De él, que merece un premio por mentiroso y rompecorazones. De él que pretende que todo está bien, que piensa que yo no me entero de nada, que cree que soy tonta. Pero en realidad tonta, es lo menos que soy.
Creí que valía algo, que significaba algo para él. Creí que era yo la que le movía el piso. Pero no, tiene a otra para eso.
Y así fue como me harté de ser tan pelotuda, de que me pasen por encima diez veces y yo ahí, en el suelo, tratando de levantarme por vez onceava.
Y así fue como me dejé ir y lloré. Lloré tanto que tuve que mentirle a todos la razón por la cual lloraba. Me di cuenta de lo abajo que estaba. De lo mal que estuve todo este tiempo y de cuánto fingí estar bien para todos.
Sí, esa mina que parece de piedra, de corazón duro, que nunca llora ni se pone mal, es mina que parece ser fuerte, decidida, con confianza; se dejó mostrar por como en realidad era: totalmente frágil. Y me rompí.
Nunca más, supongo. Nunca más me entrego así. Nunca más me dejo seducir por esos ojos, ni por esa sonrisa.
Y nunca más me voy a permitir caer por este precipicio.

domingo, 16 de febrero de 2014

Inseguridad

Qué fácil es culpar a la sociedad de cosas que en realidad son causadas por nosotros mismos.
No sé si será la idea de que siempre puedo ser mejor, más flaca, más inteligente, menos ignorante, más activa, más perfecta. Pero por alguna inexplicable razón nunca llego a la conformidad, a estar cómoda conmigo misma en ninguno de los aspectos de mi vida. Y la verdad que este sentimiento de inferioridad al que yo me someto me está evitando progresar en muchas cosas.
Ni siquiera llego a probar algo que ya me cuestiono, me tiro abajo diciendo que nunca voy a poder, me convenzo de que es demasiado difícil y simplemente lo termino dejando, o asustándome tanto que ni se me cruza por la cabeza intentar.
Hasta cuándo voy a seguir juzgándome? Si las personas ya a lo largo de mi vida lo van a hacer, por qué yo también? Por qué estar en contra de mí misma cuando soy mi última esperanza? Todos me van a decir que tal cosa es imposible,que nunca voy a poder. Por qué darles con el gusto?
Me harté de la voz en mi cabeza que me repite permanentemente que no soy suficiente. Quiero dejar de escucharla, seguir mis sueños y volverme imparable, porque al final de la historia el peor enemigo siempre es uno mismo.
Sé que no soy la única en esta situación, ni la única a la que "le pasa". Sé que hay muchas otras personas como yo en el mundo, y quiero que hoy vayan, se miren al espejo y reaccionen. Repítanse una y otra vez, "yo puedo".
Y van a poder, porque qué sería del mundo sin los sueños? Si todos los grandes artistas, inventores, filósofos, se hubiesen echado atrás por no confiar en sí mismos y porque todos creían que iban a fracasar?
Quiero que seas el ejemplo viviente de que los sueños se pueden cumplir. Quiero que confíes. Quiero que te des cuenta y sepas, que esa meta que tenés puede lograrse. Y no es fácil, por supuesto, pero tampoco imposible. Y no dejes que nadie, menos vos mismo, te diga que no podés.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Despegar

Voy a dejar que el destino lo maneje a su voluntad, que las cosas se den como se tengan que dar y voy a convencerme de que el tiempo y las circunstancias nos van a decir qué hacer.
Voy a seguir la ley del menor esfuerzo, dar lo único e imprescindible, lo justo y necesario, nunca de más.
Voy a mantener todo así como está, así como estamos. Sin ser nada pero al mismo tiempo siendo algo. Siendo amigos... con recuerdos. Que son solamente eso, pasado escrito demasiado profundamente como para ser borrado con una simple decisión. Pero supongo que así estamos bien y así tiene que ser.
Dejarme ir a la deriva de lo que me lleve la vida. Poniendo mi parte, mis ganas, mis aceptaciones totales a lo que me depare. Pero nunca forzar nada.
Porque me gusta que me gustes, y justamente para salvarnos a nosotros mismos es la razón por la cual decido hoy dejarte ir, o más bien, dejarme ir a mí misma, pero siempre con firmeza.
Si se tiene que dar, se dará. Si no, entonces buscaré que mi cabeza y mi corazón te arranquen totalmente y estén abiertos a nuevas vibras.
No más esfuerzos inútiles ni pérdidas de tiempo. Ya no tengo excusas para no aprovechar el hoy, con vos, o sin vos.
Ya no pongo peros como respuesta.
Y estoy segura que en algún momento, si mi intuición de que sos eso que siempre quise no falla, el destino nos va a volver a juntar.
Capaz aprendamos a amar, a dejar de lado el orgullo, capaz aprendamos a que nos deje de dar igual la vida del otro. Capaz aprendamos a priorizar, y a esperar.
Capaz se unan los caminos separados que cada uno tomó, y en vez de hacer la mía y vos la tuya, empezaremos a hacer la nuestra.

jueves, 30 de enero de 2014

Decepciones

Cuántas veces nos tiraron abajo cuando teníamos todas las esperanzas puestas en algo? Cuántas veces rompieron nuestras buenas expectativas para hacernos chocar con la cruda realidad? Las vueltas de la vida nos llevan a darnos cuenta de cómo son verdaderamente las cosas, qué vale la pena y qué no, a quién tenemos que perdonar o aceptar y a quién simplemente debemos dejar ir. Pero es muy difícil perdonar cuando ya te decepcionaron tantas veces. Además, cómo saber si dar otra chance? Cómo darnos cuenta de lo que está bien? Hay que tener en cuenta los errores de uno mismo, las veces que decepcionamos a los demás y quisimos un perdón, un "empezar de cero", un "borrón y cuenta nueva". Pero también hay que saber qué tanto nos hirió, cuán fuerte era la promesa que después se rompió. Es simple: después de una decepción siempre hay una oportunidad, que se nos es otorgada o que podemos dar nosotros a eso que nos causó decepciones, así se cambia la historia. Pero se puede repetir el mismo error; quién sabe cuántas veces vamos a tropezar con la misma piedra y reabrirnos la herida que frágil y lentamente estaba cicatrizando? Hay que saber cuándo dar esa oportunidad y cuándo no, y eso depende de cada uno, de la intensidad del dolor o la profundidad de la herida, de nuestro propio orgullo y dignidad, y por sobre todo, depende de lo que diga el tiempo.

martes, 28 de enero de 2014

Sinfonía inacabada

Las noches cada vez son más frías acá. Pienso en vos mil veces por día, y no me aguanto ni a mí misma, me tengo harta con vos. Cada vez escucho más nuestra canción, encuentro más fotos tuyas divirtiéndote, tweets tuyos haciendote el superado, el rompecorazones, el que la pone fácil, porque en efecto te chupa un huevo lo que yo sienta, y lo sabés. Por qué me seguís haciendo mal la puta madre que te pario? Ya te debería haber remil superado. Porque hice absolutamente de todo para olvidarte, desde ponerme en pedo hasta chapar con otros pibes, autoconvencerme de que nunca me importaste, hablar mal de vos, abstenerme a volverte a hablar, prohibirme stalkearte (aunque no lo respete), salir, divertirme. Pero hasta en esos besos de otros, hasta en mis vasos de vodka, las salidas, las puteadas, siempre me acordé de vos, siempre te tuve presente. Porque los besos de otros nunca van a ser los mismos que los tuyos y el alcohol no me va a hacer olvidarte, ni a vos ni a lo que vivimos juntos. Y porque te quiero, te sigo queriendo, lamentablemente sos justo esa historia a la que nunca le quise poner un punto, eso que no quiero compartir ni perder, aunque ahora sé y entiendo que nunca te tuve en realidad. Y cómo se teme a perder algo que nunca se tuvo? Cómo se comparte algo que ni siquiera es tuyo? Siempre vas a ser eso que se me fue de las manos, siempre vas a ser el que se me escapó, la canción que se quedó sin un bis, el pentagrama sin clave de sol, la sinfonia escrita que suena con una triste melodía, que ni siquiera tuvo un final.