domingo, 5 de octubre de 2014

Los árboles mueren de pie

Después de todos estos meses sin saber nada de vos, por fin te volví a ver.
No estaba preparada, la verdad que lo que menos me imaginaba para un reencuentro era en esa fiesta tan normal y privada. Me sentía linda, me sentía preparada para lo que sea, menos para vos.
Te vi y mi corazón dio un vuelco. Literalmente se me dio vuelta el mundo. Me quede ahí, parada, en shock, sin saber que hacer, mientras todos los recuerdos revivían en mi memoria. Te soy sincera, necesitaba verte. Necesitaba volver a sentir lo mismo. Y sentí lo mismo, porque los recuerdos perduran más que la presencia.
Te vi distinto, cambiado, más grande pero no necesariamente más maduro. Lo descubrí cuando te vi ser irresponsable con tu cuerpo, y purgarte con el cigarrillo y ese vaso. También cuando me pasaste por el lado, me viste y no me dijiste "hola". Me dio esa sensación de saber que te conocía como a nadie, pero todo eso se había ido y ahora eras un desconocido más.
Te vi con el corazón partido en dos, abierto en el medio, cómo les hablabas a todas mis amigas. Te vi negarme completamente cuando te preguntaron por mí.
Te vi cómo me veías mientras yo estaba con otros. Esos ojos llenos de bronca, pero de disimulo. Te vi ocultando tus emociones, que no es nada nuevo en vos. Por lo menos en eso no cambiaste.
Vi a tus amigos queriendo hablar con vos, queriendo hacerte entrar en razón, porque se dieron cuenta de cómo actuaba yo cuando estabas cerca.
Qué increíble lo que le puede hacer el tiempo a una persona.
Traté de buscar algunos signos que sean constantes de tu personalidad, que coincidan con esos rasgos de los cuales yo me enamoré hace un tiempo. Pero no, no conseguí rescatar ni uno solo. No sos el pibe del que me enamoré, te convertiste en un tipo detestable, arrogante, egocéntrico. Qué fue lo que te hizo cambiar así? Quiero creer que seguís teniendo tus mismas pasiones, que te la seguís jugando por tus mismos ideales.
Necesitaba saber qué sentías, qué era lo que ocultabas, entonces me armé de valor y fui a hablarte. No sé de dónde saqué toda esa fuerza de voluntad. Quizás me impulsó el alcohol, quizás fueron impulsos del corazón. Averigüé poco y nada de vos. Básicamente me dijiste que estaba todo bien, que ya no te importaba lo que hiciera. Yo te dije lo mismo, pero mis ojos contradecían a las palabras que salían de mi boca. Mis ojos contaban una historia distinta que espero no hayas podido leer.
Pero no voy a caer, no voy a hacer de cuenta que nada pasó y actuar como si nunca me hubieras roto, como si nunca hubiera llorado por vos ni como si nunca te hubieras ido. No pienso ser ciega esta vez.
Qué raro es sentirse así de decepcionada. Esperaba mucho más de vos. Esperaba a alguien más maduro, más crecido mentalmente. Que supiera "qué hacer con su vida", que tuviera toda su mierda organizada. Solías ser tan distinto, y es triste en lo que te convertiste, en esta clase de monstruo polígamo y descomprometido con el resto del mundo, que está con todas, que se chamuya a todas. Y vas a seguir siendo así porque podés, porque sabés que me lastima. Quise ser tuya, pero vos preferiste ser tan de cualquiera.Y está bien, porque es tu forma de ser y te lo acepto, porque a veces las personas no hacen lo que esperamos y hay que aprender a aceptarlo, pero en qué te convertiste, por Dios. Creo que esperé demasiado de alguien que nunca fue capaz de dar.
Capaz necesitaba verte para cerciorarme de que ya te fuiste de mi vida y no vas a volver ni entre los etcéteras. Para darme cuenta de que cada vez me importás menos, que estoy enamorada no de vos sino de nuestros recuerdos, que aunque me prometí que te iba a esperar, algunas promesas necesitan ser rotas.
Y te juro que si no tengo ganas de volverme a enamorar es por tu culpa, porque me agarraste en ruinas, para reconstruirme y arreglarme, siendo que vos eras un rompecorazones.
Me voy ahora, no sé si feliz, pero por lo menos aliviada. Porque sé que entendí que por más fuerte que te abrace, nunca voy a poder atarte a mí.
Te confieso que dejarte ir fue una de las cosas más complicadas por las que tuve que pasar, pero también una de las más necesarias. Me voy limpiando todo el quilombo que dejaste en mí.
Te libero, porque sé que no me necesitás. Te libero, podés hacer lo que quieras, porque ya no me va a doler.

"Miénteme un poquito más. Rómpeme el corazón un poquito más. Hazme llorar un poquito más. Para quererte un poquito menos." -Denise Márquez

No hay comentarios:

Publicar un comentario