miércoles, 3 de diciembre de 2014

Amores que no mueren matan

Es raro, ¿sabías? Amar a alguien tanto que duele.
Y dejás de ser persona cuando todo termina. Dejás de sentirte vivo.
Terminás caminando como un autómata, manejándote por impulsos. Hablando sin sentido, frases absurdas. Como si tu equilibrio se hubiera perdido y te estuvieras cayendo atrás. Como si todas tus esperanzas se hubieran desvanecido en un milisegundo. Ya no estás en la Tierra. Estás solamente... respirando.
Sos un objeto. Una cosa. Ni siquiera un ser humano. Ni un animal.
No tenés corazón porque está roto.
No tenés cerebro porque perdiste la cabeza.
No esperás nada de nadie. No tenés alma, ni siquiera un sueño. Perdiste todos tus propósitos.
Seguís buscando razones para vivir y no encontraste ni una sola. Porque la única razón por la cual te seguías levantando cada día, sonriendo a pesar de tu tristeza, se fue.
Lo perdiste.
Y te perdiste a vos misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario