viernes, 13 de septiembre de 2013

Antología de credos

No creo en que las cosas se dan a su debido tiempo, o que se dan cuando y como se tengan que dar. No creo en el destino. No creo en la única oportunidad.  No creo en que las cosas vienen por sí solas, y no creo en darse por vencido justificándose con que si no se tiene que dar, no se va a dar.
Yo creo en la iniciativa. Creo en las segundas, terceras y mil y una oportunidades. Creo en volver a tratar. Creo en que las cosas se pueden dar como nosotros queramos, basta con perseverar. Creo en poder diseñar nuestro propio futuro. Creo en que las situaciones suceden en consecuencia de nuestras acciones. Creo en el karma. En que todo vuelve. En que la vida es un espejo que refleja lo que das. Creo en aprender a prueba y error. En que si no pasó todavía, puede llegar a pasar. En que siempre se puede seguir intentando conseguir lo que se quiere, con noción sobre lo correcto. En que la vida no es mala ni buena, ni tiene cosas definidas para nuestro camino. Tengo la idea de que todo pasa de forma improvisada y depende de nuestras decisiones para seguir.
Porque al final, si no somos nosotros los responsables de cambiar nuestras vidas, ¿entonces quién?

martes, 3 de septiembre de 2013

Ohana

Tan cerca y tan lejos.
La misma sangre, pero corazones tan distintos.
Almas que se repelen.
O capaz, es que somos tan iguales que no soportamos tenernos cerca.
Como los polos magnéticos... pero no.
Hasta cuándo vamos a tener estas peleas? Hasta cuándo vas a seguir insultándome, pegándome, tratándome mal? Hasta cuándo yo te voy a responder igual o peor, tratando de defenderme de tus palabras? Hasta cuándo seguir soportando esto? Cuándo vamos a poder entendernos?
Cuándo vas a entender que no soy perfecta, ni que tampoco puedo serlo? Cuándo me vas a aceptar? Cuándo vas a dejar de ver todo, absolutamente todo lo malo de mí, y a empezar a darte cuenta de lo bueno? Cuándo vas a dejar de exigirme cosas imposibles, de tratar de manipularme, de enojarte de la nada?
Los moretones no enseñan. Los insultos no hacen pensar. Las marcas duelen.
Te quejás de que tengo mala cara, pero alguna vez te interesaste en saber por qué? Lo único que ves son mis malos humores, cuando vos tenés cinco mil por día y todos te tienen que entender. Hasta cuándo la desigualdad? No valgo menos que vos. No soy menos que vos. Una relación de padre-hija no se tiene que basar en órdenes, pedidos, retos, carcomidas de cabeza siempre arrancando más y más, daños, no solamente físicos sino psicológicos, porque las palabras también golpean y afectan.
El mayor siempre por encima del menor. Sí, podés ser más fuerte, tener más conocimientos, pero somos los dos seres humanos. Yo también soy persona. Yo también tengo valores y pensamientos, y que sea menor o que yo piense distinto a vos no quiere decir que esas ideas valgan menos que las tuyas.
Que sea más chica no me hace menos importante.
Exigís, exigís perfección continuamente. Exigís respeto, paz, amor, cariño. Exigís lo que vos no tenés ni podrías dar nunca.
Callás a mi mamá. La sometés. Permanentemente censurás su palabra, y la puteás de arriba a abajo cuando te lo hace a vos. La llevás por tu mismo camino, por el camino de la violencia. ¿O esos moretones que ella me dejó no fueron también tuyos? ¿Te acordás de ese día? Y quizás lo peor es que negás todo. Capaz lo peor es que decís que es "tu forma de educar". Capaz lo peor es que estás orgulloso de esa forma.
Educar a golpes no forma, deforma. Levantar la mano con un hijo es sobrepasar todos los límites.
Pensá un poco, vos querés respeto, buenos tratos, pero ¿vos los estás dando? Personalmente no soy incondicional, no voy a dar lo que no recibo. Si querés algo de mí asegurate antes de habérmelo dado vos. No te voy a respetar si vos no me respetás. No te voy a querer si vos no me querés. Vos me insultás, yo te insulto a cambio. Conmigo es así, así funciona. No me va esa "técnica" tuya de enseñanza que implica tirarle mierda a todo el mundo y que el resto te devuelva flores. Odio tu forma de tratar de imponerte dándonos MIEDO. ¿Qué logras con eso? Yo no te sigo la corriente. No me someto como mamá, no te tengo miedo como mis hermanas. Y perdoname si está mal, si va contra tus principios, pero soy así y no voy a cambiar. Y menos por vos. No voy a dejar que me destruyas, que salgas impune de todo lo que hacés, no voy a permitir que me deformes.
Que me hayas dado la vida no implica que después pretendas obtenerla porque te recuerdo, papá, que uno no puede manejar a los hijos como títeres. Yo manejo mi vida, mis decisiones, mis experiencias. ¡Después no te sorprendas!
Además, no es darme la vida y después hacer lo que se quiere con ese cuerpito, esa alma, ese hijo. No, después hay que dar amor, apoyo, SIEMPRE, no por un tiempo para así después echarme en cara "todo lo que hacés por mi". Cuánto hiciste por mí que mi mamá no haya hecho tampoco? Por qué tenés que ser vos el que quiera tener el control en mi vida y no los dos? Sí, me mantenés, me das comida, pero amor? Cariño? Eso nunca. Y es esencial.
El día que sepas decirme las cosas bien, que sepas cómo cuidarme, que te des cuenta de lo mal que me hacés, de cuánto sufro, ese día vamos a llevarnos bien. Cuando recapacites en que estás "educando" a una hija que trata todo el tiempo de ser alguien para que vos la aceptes. Todos estos años tratando de ser mejor alumna, mejor música, rompiéndome el orto en inglés, en el colegio, todo para que cuando llegue a casa te agarre la loca, me insultes, me digas que lo que hago no es suficiente, que me falta tanto, que siempre hago todo mal, que soy una "inútil", "desagradecida", que "no te respeto".
BASTA.
Te pido, papá: no pretendas recibir lo que vos no das. No quieras que yo sea perfecta porque no lo soy y tampoco busco serlo. No busques amor cuando vos repartís odio, ni respeto cuando regalás insultos. No pido que me quieras, pero pido que me entiendas, a fin de cuentas sos mi papá. Algo tuyo debo haber heredado.
Sabeme conducir, sabeme guiar, pero no a los golpes. Hay otras formas. Te prometo que voy a hacer lo que sea para llevarme bien con vos. Y ojalá te des cuenta algún día de todo esto que causás en mí. Porque a pesar de todo te quiero, me criaste desde bebé, me hiciste fuerte. Pero cada día esto se deteriora más.

Te quiero, papá. Ojalá algún día vos también lo hagas.