jueves, 30 de enero de 2014

Decepciones

Cuántas veces nos tiraron abajo cuando teníamos todas las esperanzas puestas en algo? Cuántas veces rompieron nuestras buenas expectativas para hacernos chocar con la cruda realidad? Las vueltas de la vida nos llevan a darnos cuenta de cómo son verdaderamente las cosas, qué vale la pena y qué no, a quién tenemos que perdonar o aceptar y a quién simplemente debemos dejar ir. Pero es muy difícil perdonar cuando ya te decepcionaron tantas veces. Además, cómo saber si dar otra chance? Cómo darnos cuenta de lo que está bien? Hay que tener en cuenta los errores de uno mismo, las veces que decepcionamos a los demás y quisimos un perdón, un "empezar de cero", un "borrón y cuenta nueva". Pero también hay que saber qué tanto nos hirió, cuán fuerte era la promesa que después se rompió. Es simple: después de una decepción siempre hay una oportunidad, que se nos es otorgada o que podemos dar nosotros a eso que nos causó decepciones, así se cambia la historia. Pero se puede repetir el mismo error; quién sabe cuántas veces vamos a tropezar con la misma piedra y reabrirnos la herida que frágil y lentamente estaba cicatrizando? Hay que saber cuándo dar esa oportunidad y cuándo no, y eso depende de cada uno, de la intensidad del dolor o la profundidad de la herida, de nuestro propio orgullo y dignidad, y por sobre todo, depende de lo que diga el tiempo.

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