martes, 24 de diciembre de 2013

New year

Termina este 2013, termina un año lleno de aciertos, problemas, discusiones, días de mierda, buenos humores, besos, amores, desamores, recuerdos, gente nueva, personas que desaparecieron de tu vida. Termina un año como todos los otros, pero siempre recordamos algo de cada año. Ya sea bueno o malo, nuestra memoria se basa en pequeños retazos de vida que nos llevamos día a día. Y es así como vamos catalogando cada año, buscando buenos y malos momentos, para transformarlo en un todo.
Este año no aprendí a no amar. Aunque realmente me lo propuse, no pude dejar de enamorarme de nuevo, de querer experimentar nuevas cosas, de conocer más gente.
No aprendí a no cometer los mismos errores ni a no tropezar con la misma piedra más de una vez. Seguí repitiendo lo mismo, haciendo las mismas cosas mal con personas diferentes.
No aprendí a no ser sensible. Siempre fui, soy y voy a serlo aunque me cuesten lágrimas desubicadas.
No aprendí a no llorar para descargarme, ni a guardarme las cosas para mí (aunque muchas veces debería haberlo echo). No aprendí a delinearme bien sin pasarme, ni a no babosearme. Tampoco aprendí a dormir las 8 horas necesarias.
No aprendí a no exigirme, ni a dejar de pretender más de mí misma.
Tampoco aprendí a olvidar, aunque sí a superar, a pesar de que fue difícil.
Lo que sí logré aprender de este año fue que siempre nos vamos a ilusionar con algo. También que hay personas que van a irse, pero también otras que van a venir. Aprendí que existen las segundas, y hasta terceras oportunidades, y que hay que saber darlas. Aprendí que todo tiene solución, aprendí a no quedarme de brazos cruzados y a buscar nuevos resultados. Aprendí a no conformarme con nada y a defender mis opiniones. Aprendí que a veces está bien ser un poquitito hija de puta. Aprendí que la tele no es la única ventana al mundo exterior. Aprendí a ser fuerte, a demostrarme fuerte y a sacar sonrisas a pesar de que todo esté mal. Aprendí que todas somos princesas adentro nuestro, aunque por fuera no seamos perfectas. Aprendí a hacer lo que me gusta y a luchar por mantenerme en pie.
Ojalá aprenda algún día a no repetir errores, a respetar y tolerar más, ojalá aprenda algún día que si bien el destino existe, nada va a suceder si no ponemos nuestra parte.
Así como este año termina con un punto final, empieza un nuevo año, que puede ser mejor o peor que éste pero sin dudas vamos a tener más experiencias, cosas que nunca antes habíamos vivido, primeras veces para todo, y 365 nuevas oportunidades para cambiar nuestro destino. Es tiempo de volver a empezar, de olvidar cualquier cosa que haya pasado en el 2013 y seguir adelante. Es tiempo de tomar riesgos y dejar de pensar tanto en qué es lo que puede salir mal, sino en qué puede salir bien. Es tiempo de valorar cada día, cada hora, minuto y segundo, y hacer de eso lo mejor.
Hacé una lista de cosas para cumplir en tu 2014, proponete metas. Y cumplilas.
Que este año nuevo valga la pena!

No hay comentarios:

Publicar un comentario