martes, 19 de febrero de 2013

Amigos sin derechos

Te cuenta todos sus problemas, se descarga con vos, lo viste llorar, dormir, y sonreírte mil veces al día.
Le das todos los consejos que podés, lo cuidás más que nadie, se tienen toda la confianza del mundo.
Tenés dos hombros para que llore, dos oídos para escucharlo, y una boca para susurrarle que todo va a estar bien, siempre que está mal.
Se queja de las minitas que no lo valoran, de que lo engañan, que lo boludean... y vos ahí pensando "yo te podría hacer feliz..."
Pero lástima, es un amigo, tu mejor amigo.
Y no querés perder la amistad, pero te duele muchísimo saber que nunca te va a dar bola, o que si él también se quiere nunca se va a poder, porque si todo termina algún día nunca más van a volver a hablar, y sufrís con solamente pensar en no escuchar su voz todos los días.
Lo amás, con todos sus defectos y virtudes. Tus amigas te dicen que estás loca, pero a vos te sigue pareciendo hermoso y perfecto.
Amás su risa, aunque él diga que la odia, adorás sus abrazos de oso, sus besitos tiernos en el cachete, su cara de serio, sus labios, sus dientes perfectos, sus escenas de celos, amás la profundidad de sus ojos.
Sus ojos. Te morís imaginando que fueran tuyos esos ojos, y que te miraran solo a vos.
No le cambiarías nada, ni le pedirías que cambie por vos. Porque te encanta, te encanta así como es.
Y cada día te enamorás más. Creés que sus manos encajan perfectamente en las tuyas, repetís en tu mente cada palabrita que te dice, y cuando lo tenés cerca deseás con todo tu ser que ese momento nunca se termine.
¿Y qué podés hacer? ¿Decirle y arriesgarte a que se arruine la amistad o quedarte callada para siempre ocultando tus sentimientos? Es elección tuya jugártela por todo o no.
Qué difícil se vuelve tratar de sacarte de la cabeza a alguien que tenés tan adentro en tu corazón.

Qué dificil es pedirle al corazón que no sienta más.

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